jueves, 2 de abril de 2009

Qué es TEMÁUKEL

Temáukel es el poder configurador de la Vida.
TEMÁUKEL es cáspi; es Energía ordenadora y organizada.
No tiene cuerpo; no comparte los deseos y sentimientos que animan a los hombres ni escucha súplicas.
No se habla casi de Él, y cuando lo hacen es con seriedad y recogimiento.
Desde luego, aunque TEMÁUKEL no tiene cuerpo ni voluntad ni deseos, tiene PODER, un poder inmenso, sobrehumano, tan grande que fue capaz de hacer esta tierra y esta atmósfera, tal como existían en los tiempos remotísimos. Y sigue teniendo ese poder, pues es el Amo de los Hombres, y todos nosotros estamos sometidos a Él. Es por eso que lo respetamos y lo tenemos en la mayor estimación y aprecio.
Si no se cumplen lealmente los mandamientos que impuso Kenós por orden de Él, envía las enfermedades y la muerte, castigando así la desobediencia, porque Él no admite el desorden, lo malo, lo inadecuado, lo feo; no admite que se viole su Ley.
Es por eso también que las mujeres, cuando la familia se cobija en torno del hogar, debajo de la gran carpa de pieles contra los vendavales y las corrientes de agua que se precipitan del cielo, es por eso, digo, que las mujeres arrojan un tizón a la fría noche, murmurando entre dientes:
- “Esto es para TÍ ALLÁ ARRIBA”
TEMÁUKUEL (la Ley Natural) castiga a los malos y desobedientes, pero no recompensa a los buenos y obedientes, ¿qué motivos tendría para hacerlo?
La gente nace buena e íntegra. Nace con la luz de la conciencia; su naturaleza es buena.
No, TEMÁUKEL no se preocupa por los buenos, por los que cumplen con sus deberes protegiendo a sus mujeres, y ellas a sus maridos, a los hijos y a los congéneres.
Para ellos hizo al mundo espléndido, y los buenos, que tienen el alma luminosa, pueden vivirlo y disfrutarlo.
Sólo le corresponde castigar a los malos, a los que actúan en contra de su propia naturaleza, y eso lo hace durante sus vidas.

Temáukel ordena la energía en perfectos ciclos:

Mueve la radiación del Sol, las nubes, y todo fenómeno. No hay movimiento de los elementos que él no regule y disponga. Pero fuera de castigar a los malos no se preocupe de los asuntos y quehaceres humanos, no tiene porqué hacerlo, pues se limitó a crear este mundo y ese cielo visibles para nuestros ojos; todo lo que ocurrió a continuación ya no es responsabilidad de Temáukel, sino de KENÓS, los Hóhuen de la Primera Era y los hombres y mujeres que vinimos después, a quienes nos corresponde hacernos cargo de las cuestiones humanas.
EL QUE VIVE EN EL CIELO sólo se preocupa, desde entonces, de que al malicioso le llegue su castigo.

El poder de TEMÁUKEL es tan grande que es capaz de separar nuestro cuerpo de nuestro cáspi (nuestra energía) y de llamar al cáspi a volver con ÉL ALLÁ ARRIBA. Esto ocurre con motivo de lo que los hombres llamamos la muerte, la que no conocían los Hóhuen de la Primera Era, pues ellos eran inmortales.

EL QUE VIVE EN EL CIELO no ha bajado jamás a este mundo ni tiene por qué hacerlo, pues ve todo desde su residencia oculta. Ninguno de nosotros es capaz de encontrar un escondite suficientemente profundo para sustraerse a su mirada, ni en lo más oscuro de nuestras selvas, ni en la más negra de las cuevas de nuestras montañas.
Temáukel es capaz de descubrirnos en todas partes. Mira a través de nuestro cuerpo y ve nuestros pensamientos. Ni siquiera el espesor de nuestros ventisqueros es capaz de impedir que pase por ellos su mirada.

“AQUEL ALLÁ ARRIBA” es el más solitario de todos los solitarios.
Antes de que creara esta tierra plana y ese cielo sin astros, había sólo ÉL, y con todo lo que Kenós, los Hóhuen y los que vinieron después de ellos han agregado a este mundo, Él sigue siendo el Amo y Señor de todo ello, y continúa siendo tan solitario como lo fue en el principio de los principios. No tiene mujer ni hijos ni parientes. Ni siquiera Kenós, quien fue enviado por Él a este mundo, para darle forma y crear hombres, no es hijo de ÉL ni pariente ni amigo. Vive muy distante de nosotros, y nadie se le puede acercar.
Jamás se detiene.
No conoce el cansancio.
Es eterno, nadie lo formó.
Y cuando termine todo lo que hay en este mundo, cuando ya no salga ningún selk´nam a cazar guanacos ni viva selk´nam alguno en esta tierra, ÉL siempre existirá, y no tendrá fin…porque se trata de la Energía Inteligente que produce y configura los hechos.

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